jueves, 8 de diciembre de 2011

Cuando él me nombra
Cuando salgo yo de su boca
Todo es más dulce.
Porque tiene todo eso que me hace nacer y morir
Me desteje y me descifra
Y quedo encandilada…
Intentando salir ilesa de su mirada
Siempre pierdo.

 El reúne esos gestos intensos,
Y cuando le cuento que me voy o que envejezco,
Se ríe.
Y me diluyo en el con todos mis pliegues.
Y  me alcanza con eso para recordarme por completo.
Para armarme de nuevo
Contra todo y sin nada
Nada más que esas dos palabras
Saliendo de su boca.

Porque tiene esos ademanes peculiares
Esa forma de transformarlo todo en señales
Para que yo analice.

Y como un rompecabezas roto
Sé que no es perfecto
Pero todo
Absolutamente todo
Encaja conmigo…

Un ingenio a toda prueba
Unos brazos fuertes
Una carcajada
Una cavidad torácica inmensa
Donde alberga
Ese corazón.
Porque me reconozco en sus lunares
Y en el olor de su cuello.
Todavía no entiendo
No sé como hacía yo…
No sé como sonreía
No sé cómo me abrigaba
No sé cómo podía
Consolar el alma
Sin esa piel.

Siempre escribí poemas de amor
(Cursilería y dilemas…)
Porque no habría de hacerlo hoy
Ahogada en el intento de serenarme
Hasta la próxima vez que te vea…




Lucia Giacondino 4 de diciembre 2011

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