sábado, 25 de junio de 2011

Y era de esperarse.
Los pliegues de las sabanas antes de arrugarse.
Las comas y los puntos finales.
La repetición de una frase
Inconclusa
Y de una pregunta
En la sangre.
Era de esperarse.
El musculo retorcido.
Las venas que arden.
La garganta muda
Y el arte de escaparse.
Era de esperarse.
El pecho agitado.
Las cuerdas.
Los bares.
Las promesas vehementes.
Los amaneceres surreales.
Y las uñas sucias.
Era de esperarse.
Que brotara el defecto.
Que se aglutinara la sangre
Que surgieran los hechos
Por sobre las rimas y el arte.
Que no se pueda odiar
Que tampoco haya posibilidades de justificación
Que el verbo sea siniestro y sórdido
Que no haya compañías hoy.
Era de esperarse.
Una gota de sudor en la espalda.
Una lengua mordaz
Jugando a encerrarse.

Porque se enciende y es irremplazable
Arrasa impío
Como el huracán de una voz implacable
Era de esperarse.

Todo tiene un vaivén
Toda regla sigue su parte
Toda parte tiene su riesgo
Como el fuego a extinguirse
Como el lago a secarse
Como el oxigeno a consumirse
Como las cenizas a disiparse.

Esas personalidades inverosímiles
Que solían inventarse
Fueron poco a poco suicidándose.

Era de esperarse.




Lucia Giacondino 25 de junio de 2011

1 comentario:

Carolina Bugnone dijo...

che che, este me gustó mucho Lucía, mucho. lo comparto por todos lados, abrazo!