sábado, 29 de octubre de 2011

Tengo guardadas esas cartas en una carpeta bien archivada
Al fondo de un cajón
Te las había escrito enojada
Enamorada
Estupidizada
Buscando respuestas que morían en mis ansias
Tengo ahí mismo la sangre coagulada
De los días en la espera
Cuando las articulaciones se me retorcían por una palabra


Te escucho de vez en cuando
Conservo los mensajes en el contestador
Están grabados en un casette viejo
Ese que casi se cae del balcón
Cuando no llegaste
Y lo repito en cámara lenta
Lo repito rápido
Con espasmos
Los mismos que me hacían reventar las arterias a gritos


Tengo una foto de nosotros
Vos con los ojos cerrados
Yo con una sonrisa idiota
Una sonrisa rellenada de cosas que no me dabas


Ahora tenés todo abierto nene
Sos como un bar 24 horas
Te toca el timbre cualquiera y lo atendés en pantuflas
No tenés seguridad en la puerta
Ni horario de cierre
Tenes todo en las manos nene
Las tetas de una pendeja virgen
Los ojos de un viejo triste
Y algunos sueños absurdos que enumeramos


Igual ya no me acuerdo de nada
Las cartas fueron producto de vaya a saber qué santo cristiano
Las voces en el teléfono fueron después que volvieras de Plutón
Abducido extrañamente  quisiste  recorrerme
Con un discurso falso


Ya no tomo ni me embriago en la barra de tu bar
Mande al carajo el horario de protección al menor
Y te grite obscenidades en la ventana
Te insulte con todas mis ganas
Porque a mi criterio
Fuiste un cretino
Un pelotudo


Un soñador obsecuente
Tratando de compensar la balanza con muchísimas mentiras que yo compre


Es hora de que cierre ese cajón
Y la puerta de la habitación
Dejando el casette
Dejándote
A un lado


Me quedo con la foto
A modo de recordatorio
Para momentos de emergencia
Aunque dudo encontrar algún día
A un boludo que te supere en indecencia…


Solo basta prender un fosforo y apoyarlo sobre la mesa.


Después de todo no hay nada que el fuego no solucione
Y te aseguro
Que de este fuego
No quedaran cenizas.





Lucia Giacondino 29 de octubre de 2011