miércoles, 15 de junio de 2011

Tengo para ofrecer este cumulo de incongruencias
Esta amargura permanente
Esta sensación de indiferencia.

Una pizca de sal
Esa sal que te corroe el estomago con saña.

Tengo para ofrecer esta soledad que me acompaña
Esta soledad de mundo incomprendido
Y ese sentimiento de certeza que no acaba.

Tengo para ofrecer este saber inútil
Y este conjunto de ignorancia
Porque cada uno es un mundo inexplorado
Y mi mundo es una puerta llena de incógnitas permanentes que se desangran.
Ver que estoy ausente y que siempre lo voy a estar
Al lado de cualquiera que me mire
Siempre mostrando la mitad
La parte pequeña que puedo exhibir
La parte que va acorde con esta sociedad.

Tengo para ofrecerte esta esperanza sin sentido
Y estos ojos perdidos en un horizonte sin final.
Porque acá está lleno de personas
Lleno de ironías
Lleno de sarcasmos
Lleno de vida muerta
Y de muerte viva.

Tengo para ofrecer una sonrisa tenue
Una carcajada a oscuras
Un egoísmo gigante
Y estas palabras.

Tengo para ofrecer estas rimas
Estas fotos
Esta voz
Estas lágrimas.

Sé que estoy rota
Y que lo que se quebró es irreparable.

Sé que estoy muda
Porque lo que puedo ofrecer son solo partes.

Vivo en un mundo de sordos.
Soy sorda.
Pero me gusta gritar.
En los bares de siempre
En mi cama y en mi mente.
Y aunque no tenga nada para ofrecerte
Pongo las cartas sobra la mesa.

Sé que es un riesgo suicida
Aceptar lo que tengo para dar.

Sé que es un intento titánico
Difícil de sobrellevar.

Porque tengo un vacio inmenso que nadie podrá llenar
Como espejos de colores
Que ya no quiero vender.

Ojala me pueda comprender algún día
Ojala pueda llegar a componer la melodía de una tregua
En mi mente inconexa.

Tengo para ofrecer la eterna duda
De una mujer que en la oscuridad
Deja girar el faro
Iluminado por reconciliaciones
Y acuerdos transitorios.

Ojala pueda algún día llegar al fondo de mis nudos
Y desatarlos.

Ojala no pierda toda mi vida intentandolo.



Lucia Giacondino 15 de junio de 2011

No hay comentarios: