Definitivamente hay que reírse más. Hay que reírse de uno mismo y de sus pequeñas catástrofes. Hay que reírse de todo, burlarse un poco de la mala suerte. Reírse con ganas por más de que no sea algo de lo que hay que reírse. Yo creo que el humor es lo único que nos salva de caer en una irremediable tristeza.
He dicho.
3 comentarios:
dos veces en una semana me dispuse a merendar solo en mi patio para leer en la tardecita. chocolatada y facturas. libro. reposera.
las dos veces se me cerró la reposera y quedé atrapado incómodamente.
un beso grande, s.-
lucía, nunca mejor dicho! abrazo
Muchas gracias Carolina!ya me estaré pasando por tu blog a chusmear :)
Publicar un comentario