Acá me rindo.
Abdico a cada color de horizonte que en las pupilas se reflejo con el leve resplandor de una esperanza.
Rompo todas las alianzas.
Los sueños seguros y la cobranza posterior,
Con recelos y angustias equivalentes.
Quiero expresarme y estar presente,
Y borrar con el codo el mensaje en mi frente
Para que nadie me descifre
Salvo el que se atreve.
Acá cuelgo los guantes de la dama
El terciopelo, las perlas y las caras
O caretas mejor dicho
(Para quien me entiende lo que digo).
Acá cuelgo los patines
Para subirme a la patineta, para no estar nunca más quieta
Y dejar de ser victima de las termitas sublinguales
Y de los chequeos mentales
Que hacen esos psicólogos no matriculados
O comentaristas de todo tipo
O simplemente metidos hasta la medula
Comprometidos con el chusmerio y las bambalinas
Con el coser y descoser de las heridas…
Acá me rindo.
Digo basta.
Me limito únicamente a ser condenadamente libre.
A llevarme el mar por delante,
El cielo como estandarte,
Y la nada como guía.
Acá chequeo los signos vitales de mi manía.
(Esta todo en orden
Puedo seguir siendo la misma)
Acá descuelgo el teléfono y lo cambio por las cornisas
Rompo el molde,
Y armo parabrisas.
Rompo la estructura llana y lisa que me comprometía.
Ahora todo lo que hago
Es pura y exclusivamente
Cosa mía.
Lucia Giacondino 16 de julio de 2009