La luz era una violenta correntada salida de aquel farol
Apretaba en el pecho una extraña sensación
Algo se escapaba por la bocacalle
El reloj marcaba un horario
La razón decía lo contrario
Estaba aquella lucha interna llena de incredulidad
Se dejaba mirar
Algo presentía en el estomago
Una sensación de apuro
Un apremio por buscar la salida
Hacia lo que debía
Esperaba inmóvil
Alumbrado por la impertinencia de ese farol
Se revolvía algo en su interior
El corazón latía acelerado
La respiración se entrecortaba
La propia sombra estaba pálida
Lentamente se dejaba caer
Lentamente
Se llenaba de culpa
Y olvidaba el deber
Mil historias pasadas poblaban su mente
Miles de escenas enceguecían su mirada
Se dejaba mirar
Había llegado la hora
Había llegado el final.
Lucia Giacondino 13 de julio de 2010