Jugamos
Sin saber que podríamos causarnos
Tanto daño.
Subimos los peldaños
Pensando en un ascenso infinito
Pero no contemplamos
La posibilidad del abismo
Jugamos
Sin pensar en que podíamos
Volvernos tan extraños…
Que nuestros labios
Podían secarse con un beso.
Jugamos
Sin querer querernos
Sin saber que al final del día
Era el amor quien nos tomaría de rehenes
Para dejarnos sin tregua
Jugamos
En esta enorme selva
De sentimientos.
Lucia Giacondino 26 de agosto de 2009
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