Voy por el preludio de la paradoja
Pura paranoia sin parangón.
Voy por mi poca precisión
Y por la parálisis del parasitismo.
Voy como van los que no ven,
Por el paramo pardo sin poder apreciar el panorama.
Voy por los parapentes parecidos a los pájaros,
A punta de parvedades parlamentarias.
Voy como quien parpadea de paroxismo,
Y parlotea patochadas sin pena.
Voy como vengo, pedestre y pausada,
Patriarca de una patota de pedantes (mis personalidades)
Y sin patrimonios patronímicos,
Pero llena de patrañas paupérrimas.
Voy disparando perdigones de peculiaridad como percusor imperdonable…
Voy como péndulo en una pendiente perdida,
Y me pellizcan el pellejo
La pena y la parca.
Voy por la perdición perenne
Entre penuria y perfidia.
Voy atravesando peripecias perspicaces,
Perturbada por la perversión y la perplejidad.
Voy, pertinente, a para este periplo.
Voy persuadiendo con pesadumbre a mi pereza.
Voy por la piltrafa pestilente de mi alma (Aunque parezca peyorativo).
Voy por pesimista,
Con pifia preexistente.
Voy por no ir
Y por no perderme.
Lucia Giacondino 16 de septiembre 2005
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