Por ustedes vivo
Por esa luz en sus miradas
Esa luz que esta en mis ojos también
Es luz que no es nada más que el alma y el ser


Existiendo en calma


Traspasando la apariencia


Tocando la esencia de sus ansias


Estar


Sin pedir retribución
Sin reclamar un altar


Ayudarles a ver...



Por ustedes vivo
Por el aire que nos une
Por ese mismo sentido
Por mi corazón en evidencia ante ustedes


Sin pedir otro corazón
Sin esperar un don


Por ustedes vivo
Por sus manos en mis manos
Por sus espíritus que entienden


Por esos silencios elocuentes


Por ustedes moriré
Que es morir por mí también


Por ayudarlos a ser
Por ayudarme a crecer


Por ustedes
Y por aquello que se esconde
En las formas del enigma
Por aquella brisa que nos hipnotiza


Por el puro amor
Sin esperar amor


Por ustedes
Por mí
Por nosotros
Por cada ser
Cada vida
Cada soplo
Por lo inefable
En la energía
Por el motor que nos mantiene con vida



Por la causa a ultranza.








Lucia Giacondino 15 de febrero de 2010

Convivencia

Servilletas en la mesa

El almuerzo, el diluvio y la cena

La batalla de las miradas

Yo en una punta y vos en la otra

Contradicciones silenciosas

El augurio de una sombra


Los restos de la ausencia

Los reproches obvios

Los celos

Las reprimendas


Servilletas bajo la mesa

El grito contenido

Todo lo que nunca dijimos

La violencia innata de humano

Los retazos de ira


Los colores salvajes

Enceguecidos de rabia

Profiriendo aquellas palabras

Que tanto nos lastiman


Sabemos ahondar en las heridas


Servilletas en la basura

Ojos en el silencio

Cantar de los grillos y las estrellas

Nos pedimos perdón sin decirlo

Nos acariciamos las heridas

Revivimos


Los instantes de idilio

Los enjambres de sentimientos

Los corazones medio abiertos

Y sangrando


Nosotros a contraluz


Verdaderamente nosotros


Los eternos soñadores

Los descalzos

En este mundo de egoístas ambiciones

Los ilusionados llenos de pequeñas pasiones

Los únicos dos que se perdonan

Aquellos errores


Sabemos diferenciar entre la gente

El amor genuino que va de frente

Ese amor que nos mantendrá unidos


Eternamente.


Lucia Giacondino 4 de febrero de 2010

Verte


Verte de cerca, con la lupa enorme de mi presencia
Persuadiéndote lentamente hasta cansarte
Hasta perder la borrosa imagen de la apariencia
Y descoser la tela que mantiene unida a tu esencia
Dejarte en el aire, suspendido, sin reservas
Y verte vos mismo en el reflejo de tu reflejo y viceversa


Perder la cuenta


Y que las horas sean minutos de conciencia
Donde se refugie el esplendor de un nuevo sueño
Verte completo, ver ese anónimo desquicio
Esos ojos repletos de vicios y de verdades
Dejar de conformarte con mitades de vos mismo


Ver el momento exacto en el que te encuentres
Entre el mar de gente que inunda tu mente
Entre la difusa niebla de personas que no son tus personalidades
Sino figuras banales de excusas confusas
Para negarte


Perder el miedo


Verte rodeado de brillos y destellos
Verte colorido y completo
Ver a este que conozco...deshecho
Para que de los escombros surja el corazón verdadero
El alma en apertura
El espíritu sincero


Y no voy a cesar de comprenderte
No voy a parar de enseñarte
Que lo que llevas dentro es todo lo que necesitas para hacer de tu vida el arte
Mas esplendido, más revelador, más admirable


Perder ganando


Y que te veas al fin
De la manera completa y feliz
En que te veo yo.




Lucia Giacondino 01 de noviembre de 2009

Soñé con tus ojos

Que eran luz y universo

Que eran hambre y encuentro

Y te desarmo en estos versos

Ay querido mío

Aquella manera despreocupada de querernos

Y el tiempo que transcurre cómplice

Dándole poderes a los sentimientos

Soñé despierta

Que eras la luz y una puerta abierta

Y un camino

Y una buena senda

Y un lugar majestuoso donde olvidar la pena

Para transmutarla en una sonrisa

Soñé con tus ojos

Que eran cáliz y eran fuego

Que eran arte, parte y reencuentro

Y te rearmo en estos versos

Reconstruyo tu figura que fulgura de algo nuevo

De una esencia

De un misterio

Que estoy dispuesta a revelar

Soñé con tus ojos

Querido mío

Soñé que eras siembra y vino

Soñé que nacía fortuito

Un cariño innombrable y escrito

En nuestros destinos.

Lucia Giacondino 22 de enero de 2010